lunes, 14 de junio de 2010

UN CUENTO CORTO

DIOS...ha muerto otra vez.

Estragón y Valdimir comían moscas para matar la espera. Ya habían cumplido con la miserable rutina diaria de pedirle al Dramaturgo que de una vez por todas les enviara a Godot y éste, en una demostración de omnipotencia, les había devuelto sus súplicas con un bombardeo de miles de paraguas puntiagudos que dejaron notorias marcas violáceas en sus cuerpos.
- ¿Crees, Estragón, que alguna vez vendrá el que esperamos?
- ¿Godot? No sé... Samuel es el autor y lo que él dice...
Pero antes de terminar, una figura pequeña y toda de blanco apareció por el lateral derecho-actor y se les quedó sonriendo. Era Godot.
Les habló por varias horas de los sueños, de que Becket (cansado de la circunferencia sin final) había decidido enviarlo para aliviar sus penas y de que sí; ¡Soy Dios materializado en un personaje ficticio!
Vladimir y Estragón, después de guardar silencio, le reventaron los sesos de varios paraguazos sin piedad. Luego siguieron comiendo moscas.
- ¿Si la próxima semana Samuel nos envía un Godot que nos agrade, lo mataremos también?, dijo Vladimir escupiendo las alas que sabían amargo.
- Sí. Nunca será como lo imaginamos. Nunca.

ALBERTO OLGUIN D.

No hay comentarios: